En ocasiones, nos planteamos las decisiones sobre qué equipo emplear y cómo emplearlo, de forma muy categórica. Nuestras preguntas suelen responder al estereotipo "qué es mejor" vs "qué es peor" ... (en mi opinión, demasiado absolutas la mayoría de veces ... sobre todo si hablamos de algo tan creativo como la fotografía...).
Hay muchos casos en los que prefiero la variedad. Me importa más la versatilidad de la fotografía, la diversidad de resultados (interpretaciones) ante una misma escena, ante unas mismas condiciones de luz, trabajando con un mismo motivo fotográfico y con un mismo equipo (o casi).
Unos de los complementos más útiles para obtener esa variedad es el flash portátil.
... sí, ya sabes, ése que se puede montar en la zapata de la cámara y que funciona con pilas (recargables, por favor!). Sobre ese tipo de flash, encontrarás muchos artículos en este blog.
Entre la variedad de razones por las que me gustan las unidades de flash portátil, hoy destacaré dos:
- Su portabilidad (tanto para poder llevarlo cómodamente hasta el lugar en el que queramos hacer nuestras fotos, como para poder movernos con facilidad, por espacios no muy cómodos).
- Su portabilidad (tanto para poder llevarlo cómodamente hasta el lugar en el que queramos hacer nuestras fotos, como para poder movernos con facilidad, por espacios no muy cómodos).
- Su accesibilidad: casi tod@s tenemos uno al menos !! (y/o nos pueden dejar alguno). ¿Qué mejor que disfrutar encontrando nuevas utilidades para lo que ya tenemos a nuestro alcance, en lugar de pensar "qué hemos de comprar para hacer algo nuevo"? ...
En el caso de hoy, la intención es mostrar con qué facilidad podemos cambiar el aspecto de nuestro motivo y espacio fotográfico, gracias al apoyo de un flash portátil y un paraguas blanco.
La siguiente imagen procede de una sesión con la modelo estadounidense Mary Keegan, realizada durante las prácticas de uno de mis cursos de fotografía. La iluminación empleada es la luz disponible o "luz natural", sin más "aditivos" ...
He de reconocer, no obstante (y antes de continuar), que la luz disponible en ese lugar y en ese momento (última hora de la tarde, sin recibir luz directa del sol), me gusta ... mucho!
He de reconocer, no obstante (y antes de continuar), que la luz disponible en ese lugar y en ese momento (última hora de la tarde, sin recibir luz directa del sol), me gusta ... mucho!
© Miguel Angel Muñoz Pellicer / www.photomamp.com
Pero la cuestión es encontrar nuevos resultados en un mismo espacio ...
Desplazándonos unos metros a la izquierda y añadiendo un flash a la escena, logramos "separar" la luz de la figura y la luz del fondo:
El flash nos permitirá controlar con precisión la luz que recibe la modelo (tanto su "calidad" como su "cantidad"), a la vez que exponemos el fondo "al gusto", de forma independiente (facilitándonos, por ejemplo, oscurecerlo o variar su dominante de color, sin afectar a la figura).
© Miguel Angel Muñoz Pellicer / www.photomamp.com
En esta ocasión, simplemente utilizamos un flash portátil, un paraguas translúcido o "blanco" (para incrementar el tamaño de la fuente de luz y lograr un aspecto más suave de la misma) y un filtro 1/2 CTO (para dar un aspecto más cálido a esa luz).
El flash se sincronizó con la exposición, empleando disparadores por radio.
¿Cuál es el esquema de iluminación? es decir: ¿dónde estaba el flash?
En la zona izquierda de la imagen, orientado hacia la modelo a poco más de 45 grados, casi directo a su rostro (como ayuda: en el lado opuesto al que ocupaba el flash, puede verse la sombra que su luz proyecta tras iluminar a la modelo) ...
En forma gráfica:
La diferencia es sutil, por supuesto... pero muchas veces, en la sutilidad está la razón para buscar ese cambio leve, casi imperceptible.
Si tienes la tentación de preguntarte, o preguntarme: ¿cuál de las dos es mejor?
... mi respuesta será muy sencilla: ambas!
Lo que importa no es cuál de las dos es mejor... en todo caso, puede importar la mayor o menor idoneidad de cada una para responder a las necesidades de nuestr@ cliente ... pero en sí mismas, ninguna es mejor o peor... son diferentes (lo cual me parece más útil ;)
Espero que este ejemplo, estas dos imágenes con sus pequeños cambios, te ayude a lograr mayor variedad en tus fotografías. En el control de esa variedad, está la clave para ampliar nuestras posibilidades fotográficas; para interpretar aquello que tenemos delante y/o planificar nuestras imágenes, reduciendo los condicionantes (aparentemente determinantes en ocasiones) de "la situación lumínica real".
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