Modelo y fondo iluminados con dos ventanas.
Imagen realizada en las sesiones prácticas del curso
"Iluminación en Estudio y Fotografía con Modelos",
impartido en AIDO (Parque Tecnológico, Valencia).
(c) Miguel Angel Muñoz Pellicer / www.photomamp.com
Las diversas fuentes de luz, pueden ofrecer diversas calidades en lo que respecta a su color (diferencias respecto a la distribución de los colores que las componen, en su espectro de emisión). Por esta razón, diversos iluminadores que emitan luz aparentemente blanca, pueden diferir en esa aproximación a la “blancura” y diferir a su vez, del blanco que nuestra cámara pueda interpretar como tal.
En algunos casos, esa predominancia de alguna tonalidad cromática en la luz, será incluso perceptible a simple vista (bombillas de incandescencia muy cálidas, farolas demasiado verdosas, etc.). En otros, no será tan fácilmente perceptible, por la capacidad de nuestro cerebro para "corregir" automáticamente cuando encuentra un color que "conoce" y le sirve como referencia... pero afectará igualmente a cómo se representan los colores en nuestra fotografía final.
Si el sensor de nuestra cámara está preparado para responder correctamente al tipo de luz que se va a utilizar, la representación de los colores que componen la escena en la fotografía final, será correcta. Por el contrario, si el sensor está preparado para responder adecuadamente ante un tipo de luz diferente, la representación del color estará "teñida" o afectada por esa diferencia.
En algunos casos, preferiremos mantener ciertas dominantes de color. Por ejemplo, al realizar una fotografía de una pareja cenando a la luz de unas velas, es muy probable que queramos corregir sólo parte de la dominante cálida que produce esa luz, con el fin de que el aspecto de la fotografía final, se asemeje a la impresión visual que produce la escena. Realizar esta fotografía con una corrección exacta del color, podría producir una imagen demasiado fría, desacorde con la impresión visual que la identifica (aunque siempre está en nuestras manos qué consideramos mejor, según el cliente, destino de la imagen, nuestros gustos, etc.).
Otro caso similar al anterior, podría ser un retrato a la puesta de sol: cuando fotografiamos a la puesta de sol (generalmente) no sólo buscamos que la fuente de luz esté más cercana al horizonte (lo que, por supuesto, la convierte en una luz más versátil y atractiva para el retrato); también buscamos identificar esa dominante cálida del momento.
Por el contrario, habrá otras situaciones en la que (puede ser), queramos corregir totalmente la dominante de color, como es el caso de los tubos fluorescentes y su luz verdosa, no siempre demasiado atractiva. Con esto no quiero decir que haya situaciones en las que "debamos" corregir la temperatura de color y situaciones en las que no debamos hacerlo. Lo importante es saber cómo lograrlos en cada caso y, finalmente, decidir por nuestra cuenta si queremos o no hacerlo; de nuevo, dependerá de nuestros gustos, fin previsto para la imagen, etc. nosotros tenemos la "última palabra".
Las cámaras digitales disponen de diversos valores preestablecidos ("standard") para compensar las predominancias de color en gran parte de las situaciones lumínicas que nos podamos encontrar (Luz de día, nublado, luz de incandescencia o tungsteno, luz de fluorescencia, etc.). Puesto que estas variaciones no siempre se producen por "saltos" tan marcados, ni con dominantes de color tan exactamente definidas, algunos modelos de cámara aportarán más de una alternativa para algunos de estos casos (por ejemplo, podemos encontrar diversos tipos de "fluorescentes" en algunos modelos de cámara). Incluso así, habrá ocasiones en las que la corrección no pasará de ser aproximada y no llegará a ser exacta.
... como en otros muchos casos, en ese momento es cuando trabajar en RAW marca la diferencia ...
(puedes ver cómo corregir la temperatura de color al convertir el archivo RAW en este enlace)
Como hemos visto, trabajando en exteriores y/o localizaciones, la variedad de Temperaturas de Color que podemos encontrar es la más amplia. He dedicado un capítulo especial a este tema en mis cursos de 2010: "Introducción a la Iluminación de Fotografía en Exteriores" y "Técnicas Avanzadas de Iluminación para Fotografía con Modelos (en Estudio y Exteriores)". Es posible que publique una versión sintética de los contenios teóricos de ambos cursos en este blog más adelante, si os resultan de interés (se admiten propuestas en la sección "comentarios"!)
Una vez introducido el tema, por el momento volveremos al predecible y controlable entorno del estudio fotográfico, donde las variaciones son mucho menores y más dóciles. Básicamente, podemos encontrar dos tipos de distribución cromática o “Temperatura de Color”, cuando trabajamos con luces standard en el estudio (nos ceñimos al estudio fotográfico, donde no hay luces ambiente y nosotros elegimos qué luces vamos a emplear para iluminar desde cero):
- Luces continuas: con una temperatura de color de aprox. 3.200K.
- Luces de Flash: con una temperatura de color de aprox. 5.500K.
Estas cifras son "virtualmente" correctas. No obstante, el envejecimiento de los equipos y/o paneles difusores, reflectores, bombillas, tubos de destello, etc. puede modificar la temperatura de color en cuantías mínimas que lo alejen del standard previsto.
En algunos casos, la necesidad de corrección será (casi) imperceptible. Por el contrario en otros necesitaremos corregir la representación final del color, de la forma más ajustada posible (reproducción de tejidos en fotografía de moda, obras de arte, etc.).
Cuando necesitamos una corrección precisa del color, la flexibilidad de la fotografía digital (especialmente si realizamos la captura en formato RAW), nos permitirá recuperar el equilibrio de tonos neutros o balance de blancos en la postproducción (en la época analógica, donde no podíamos comprobar el resultado durante la captura, ni postproducir en muchas ocasiones, utilizábamos un termocolorímetro... esto ya es historia, para la mayoría de casos...).
Volviendo al tema: para recuperar la reproduccion cromática correcta (Balance de Blancos) en la postproducción, fotografiaremos una carta de color y/o una carta "gris medio" standard, con las mismas condiciones de iluminación con las que vamos a realizar la imagen final. En los casos en los que la fotografía definitiva vaya a recortarse, podemos incluir la carta de color o el gris medio de muesta en la misma fotografía, en el área a recortar, cerca del margen.
Con esta muestra fotografiada (bien en una primera toma de muestra, bien en un área de la imagen), podremos corregir con bastante precisión el equilibrio de color si trabajamos en RAW. Será aconsejable, no obstante, que seleccionemos en nuestra cámara el balance de blancos más cercano a las características del iluminador con el que vamos a trabajar: "tungsteno" o "flash" (en lugar de "flash", podemos trabajar con "luz día"). De ese modo la previsualización nos resultará mucho más similar al resultado final y, a su vez, nos acostumbramos a utilizar "también" este control de la cámara, al igual que hacemos con el control del ISO.
Si no trabajamos en RAW (captura directa en mapa de bits: TIFF o JPEG), deberíamos realizar la corrección "in situ" con el menú de nuestras cámara y sus funciones propias para crear un perfil personalizado de "Balance de Blancos".
Pero, hay que ser prácticos. Sabiendo cómo puede desarrollarse una sesión en muchas ocasiones, no aconsejo esta segunda alternativa en absoluto: es más lenta, menos precisa e imposible de reajustar en valores mínimos si al realizar la corrección durante la sesión no fuimos demasiado precisos (lo cual puede ocurrir fácilmente).
Y para concluir por hoy, hay una pregunta que me hacen habitualmente:
¿y si disparo con el control de "Balance de Blancos" puesto en automático?...
En principio, el RAW lo corrige todo... pero de poco sirve el automático si trabajamos con flash: la cámara medirá las condiciones cromáticas de la iluminación en el estudio antes de que se realice la obturación (por ejemplo: cuando están iluminando las luces de modelado de las unidades de flash), preparará la corrección para esa situación lumínica y cuando realicemos la fotografía, cambiará la calidad cromática de la iluminación, puesto que dispararemos el flash sincronizado con la obturación.
¿Mi opinión? yo selecciono voluntariamente el balance de blancos en cada momento: estudio, exteriores, retrato al atardecer, fotografía de paisaje, larga exposición nocturna, etc. La posibilidad de elegir qué tipo de correccion quiero realizar, me permite tener más control sobre lo que quiero hacer; ayudándome incluso a poder experimentar y/o a hacerlo mal !
(otra forma de aprender, al fin y al cabo).
Felices fotos!
Próximo capítulo (y, probablemente, último de la versión sintética de este curso. El resto de contenidos se desarrollan en las prácticas del curso presencial):
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